Me llamo Margarita y acabo de empezar el grado de Educación Social y una de las asignaturas en la que estoy matriculada se llama Sociedad del Conocimiento,Tecnología y Educación , y la creación de este blog se debe, a la primera práctica que nos han mandado hacer. Espero poder plasmar en este blog mis muchas expectativas y mi saber (aunque sea poco).
Un saludo para todo el visitante que pase por aquí.

domingo, 4 de diciembre de 2011

APRENDER SOBRE LOS PADRES Y ABUELOS


  
Los padres son lámparas y los abuelos faros. La lámpara da fuego y calor, el faro irradia luz. El fuego descubre la piedra del camino, impidiendo el tropiezo. La luz exhibe la montaña de la meta, conjurando el extravio.
Los padres son brújulas y los abuelos son mapas. La brújula brinda orientación, el mapa transmite conocimiento. La orientación siempre conduce a la búsqueda principio de toda aventura. El conocimiento siempre conduce al hallazgo, final de todo viaje. 
Los padres son la nube y los abuelos el mar, la nube fertiliza al planeta como lluvia. El mar fecunda los cielos como nube. La lluvia dice como la Vida, cayendo del cielo, se vuelve cuerpo. La nube dice cómo la Vida, fluyendo del cuerpo, se vuelve espíritu.
Los padres cuentan historias patrias y los abuelos cuentan leyendas épicas. La historia patria suscita un sentimiento nacional. El mito consolida un pensamiento universal. El sentimiento nacional otorga ciudadanía sobre un fragmento de la Tierra, llamado país. El pensamiento  universal confiere ciudadanía sobre una porción de Dios , llamado Cosmos.
Los padres son los mineros de la esperanza y los abuelos los orfebres de la fe. En nombre de la esperanza, los primeros inclinan el rostro ante el surco y siembran sus semillas en pos del fruto. En nombre de la fe, los segundos extienden sus palmas al viento y echan a volar sus plegarias en pos del lucero.
Los padres, por inexpertos, ven al hijo como un brote de su carne. Los abuelos, por sabios, ven al nieto como una prolongación de su esencia. La carne crece, se reproduce y desvanece. La esencia se purifica,  se transforma y perpetua. Por eso mientras que los primeros anhelan hacer de su semilla un Hombre, los segundos buscan transformar a este Hombre en un ángel.
Algo natural. Esos dulces viejos  saben que la Tierra es el lugar donde el Hombre recupera sus alas perdidas.

                                         PLINIO PARRA, escritor colombiano


 
 

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